Ciudad de México.- Cada día existen más mexicanos que disfrutan de acompañar sus comidas con un buen vino, existen incluso quienes planean con singular dedicación las etiquetas adecuadas para combinar con los platillos de su comida o cena, pero también resulta muy común que llegado el momento de disfrutar del postre, no buscan maridar el vino con postre y deciden dejarlo a un lado y preferir una taza de café. Pero esto no tiene que ser así.
Los mexicanos amamos las sobremesas, aprovechar ese momento de relajación después de la comida en el que nos consentimos con buenas charlas y dulces indulgencias, ¿por qué no convertirlo en el momento ideal para disfrutar de un buen vino mexicano?
Maridar postres con vino no es un imposible si procuramos seleccionar las etiquetas adecuadas para fusionar con el dulzor del postre de tu elección.
¿Cómo hacer una correcta selección de vino para tu postre?
El Consejo Mexicano Vitivinícola recomienda tener estos tres aspectos en consideración cuando vayas a maridar postres con vino:
1. La acidez: Un vino naturalmente ácido puede acompañar mejor los postres frutales, por tener características similares
2. Intensidad: Entre más intenso sea tu postre, más intenso deberá ser el vino con el que lo marides
3. La dulzura: Si escoges un vino de postre para finalizar la comida, es recomendable que éste sea más dulce que el postre a servir
Aquí te recomendamos 10 maridajes increíbles y tradicionales de postres con vinos mexicanos, los cuales estamos seguros te encantarán:
Arroz con leche y pasas de Sonora.
A pesar de que este postre se originó en Asia hace siglos, a la mayoría de los mexicanos nos remonta a la niñez. Por generaciones ha sido el postre que las abuelas preparan para consentir a sus nietos. Este plato se elabora con arroz, leche, canela, vainilla y un poco de azúcar, y generalmente se le agregan pasas.
Para maridar este tipo de postres con vino recomendamos Espuma del Valle de Bernal Rosé de Vinos San Juanito en Bernal, Querétaro.
Capirotada
Estos postres compuestos por rebanadas de bolillo duro o pan tostado, se adereza con piloncillo, pasas mexicanas, nueces y queso rallado. Es un postre típico del Norte del país y a pesar de que se consume principalmente en Cuaresma, es fácil encontrarlo todo el año por su sencillez y sabor.
La mejor manera de acompañarlo es con un Lloro de Tierra de Cuna de Tierra en Dolores, Guanajuato.
Pan de elote
Este pan es auténticamente mexicano. Tras la conquista, las técnicas de repostería llegaron al nuevo mundo y al incorporar al maíz dentro de sus prácticas dieron origen a un panqué que, hasta la fecha, es de los consentidos en nuestro país.
Si piensas terminar la comida con un esponjoso pan de elote como postre y lo quieres combinar con vino, te recomendamos servir un Capricornius de El Cielo en Valle de Guadalupe, Baja California.
Calabaza en tacha
Característico del día de muertos, se prepara al cocer calabaza de Castilla en agua con piloncillo, rajas de canela y algunas especias, cada casa tiene su propia mezcla. Obtiene su nombre de “tacho” un recipiente en donde se fabricaba el azúcar.
Para maridar este tipo de postres con vino te recomendamos probarlo con Cuatro Soles Blend de Valle Redondo en Aguascalientes.
Alegrías
Es probable que estas ricas barritas de amaranto con pasas secadas al sol y miel sean uno de los dulces más representativos de nuestro país. Su receta se ha conservado desde los tiempos coloniales y en años recientes ha ganado popularidad ya que el amaranto es considerado un súper alimento gracias a la cantidad de proteína, hierro, calcio y fósforo que aporta.
Para acompañarlo te recomendamos Muscat Blanc de Hacienda de Letras en Aguascalientes.
Jericalla
Este postre es común encontrarlo en las casas tapatías. Su origen es desconocido, pero, gracias a su parecido a la natilla europea se cree que viene de Jérica, España. En sus ingredientes se aprecia el mestizaje culinario propio de la colonia, la jericalla mezcla leche, canela, azúcar, huevo y vainilla. Tras batirlos y hornearlos se obtiene este postre de textura ligera y gusto goloso.
Al servirla armonízala con un Espumoso Brut de Puerta del Lobo en El Marques, Querétaro.
Ate con queso
Este dulce nació durante la colonia, cuando los frailes franciscanos tuvieron la idea de elaborar una pasta de membrillo (una fruta que destaca por su acidez) con azúcar a la cual se le sometía a una alta temperatura para lograr un bloque gelatinoso. Normalmente se acompaña con rebanadas de queso y es muy común encontrarlo en las fondas de la CDMX o en las casas de las abuelas.
Si buscas maridar este tradicional postre con vino te sugerimos Blend de Malbec, Grenache Mouvedre y Shiraz de Hacienda Florida en Coahuila.
Flan
Aunque se cree que el flan es de origen mexicano, en realidad este postre tiene sus inicios en la Antigua Roma, cuando se preparaba un platillo similar de gusto salado. En la actualidad este postre se ha popularizado tanto que es fácil encontrar diversas versiones con todo tipo de frutas y otros ingredientes como queso crema, café, coco, etc.
Si eres de los fanáticos de esta delicia prueba combinándola con Vino Generoso Moscatel de Bodegas Ferriño en Cuatro Ciénegas, Coahuila.
Pastel de tres leches
Los orígenes de este popular pastel son inciertos, varios países en Latinoamérica pelean su creación. En México las primeras recetas datan de mediados del siglo XIX, cuando la leche evaporada y condensada empezaron a encontrarse comercialmente. En la década de los 40 ‘s, Nestlé popularizó su receta publicándola en la etiqueta de sus productos lácteos.
Este esponjoso panqué, remojado delicadamente es parte fundamental de las celebraciones familiares mexicanas. Aunque también es común encontrarlo en cualquier panadería en rebanadas o porciones individuales, y se pueden encontrar diversas versiones con frutas de temporada como duraznos, fresas o incluso hasta chocolate.
Si deseas acompañarlo con un vino nacional te recomendamos el Cabernet Montepulciano de Vinos Paoloni en Valle de Guadalupe, Baja California.
Rollo de guayaba
Este delicioso dulce es originario de Jaral del Progreso, Guanajuato. Para elaborarlo se prepara una pasta de guayaba, similar al ate, y se rellena con dulce de leche y nuez. Es ideal para compartirlo en familia cuando el antojo de algo dulce nos ataca.
Te recomendamos para maridar con un vino María Rosé de Bodega Encinillas en Chihuahua.
Así que ya lo sabes, si deseas maridar uno de estos postres con vino, busca alguna de las recomendaciones que te regalamos, pero si no encuentras algunas de estas opciones, busca entre los vinos que tengas a tu alcance aquel que creas que tenga las propiedades adecuadas para tu postre.
Te invitamos a compartir tu antojo con nosotros, tómale fotos a esos platillos que te hicieron caer en el pecado y muéstralos en nuestra cuenta de twitter @lagulamx o en instagram @lagulamexico